Linares
posee un variado conjunto de monumentos (iglesias, palacios, casas
solariegas, edificios públicos...) de diferentes estilos
y épocas, que, desde la sencillez del arte románico
hasta el preciosismo de los edificios modernistas de los siglos
XIX y XX, hablan de la evolución de una ciudad que se ha
hecho a si misma.
En
nuestro recorrido por el casco antiguo, claramente delimitado, con
sabor de siglos en sus piedras y en sus plazas, visitamos, en primer
lugar, la PLAZA DEL AYUNTAMIENTO. Llamada «El Llano»
durante los siglos XVI y XVII, era el lugar donde se celebraban
las corridas de toros. En ella el edificio neoclásico del
Ayuntamiento y la llamada CASA DE LA MUNIClÓN. Esta fábrica,
construida en tiempos de Carlos III, conserva en su fachada el escudo
real y, durante la guerra de la Independencia, estuvo abasteciendo
a la guerrilla con la munición que se sacaba escondida en
balas de leña.
De
la Plaza del Ayuntamiento parte la «Costezuela» que
a finales del siglo XVI es ya casi una plaza mayor de la Villa.
En su acera izquierda se halla el edificio del ANTIGUO POSITO, que
ostenta en su fachada, terminada a mediados del siglo XVIII, el
escudo de la villa. Más tarde, cuando Linares obtuvo el título
de ciudad, este edificio fue habilitado para Prisión del
Partido. Actualmente alberga al Colegio de Educación Especial
"Virgen de Linarejos"
La
Costezuela termina ante la lonja de la iglesia de SANTA MARIA. Esta
iglesia, declarada Monumento Histórico- Artístico,
fue construida sobre una antigua mezquita, durante los siglos XIII
al XV. Conserva en su interior el cuerpo gótico de pilares
octogonales y bóvedas cuatripartitas, mientras que la parte
del crucero es renacentista. Posee un bellísimo retablo plateresco
compuesto de una colección de tablas sobre el Antiguo y Nuevo
Testamento, con marcada influencia italiana tanto en el pintor como
en el escultor que en él trabajaron.
Al
lado de la iglesia de Santa María se halla el Torreón
del antiguo castillo, resto de la fortaleza de seis esbeltas torres
y doble muralla, alrededor de la cual se formó el asentamiento
que, procedente de Cástulo, dio origen a Linares.
Muy
cerca, el PALACIO DE LOS ZAMBRANA ha tenido, a lo largo de los siglos,
muy diferentes destinos: palacio, casa rural, cuartel de infantería,
asilo de ancianos... En su noble fachada renacentista, con un airoso
torreón castellano, luce los escudos de los Zambrana, Olid,
Dávalos y Rivera. En la cercana calle de los Alamos existe
otro ejemplo de estos bellos y un tanto insólitos torreones
medievales castellanos.
En
Linares sorprende la profusión de plazas y plazuelas, de
rincones ajardinados, sombreados por frondosos árboles...
La calle de los Alamos desemboca en uno de estos rincones: la deliciosa
PLAZA DEL GALLO, hermana menor de PLAZA NUEVA o de Alfonso XII,
luminosa plaza nacida a la par y con el estilo del nuevo siglo.
En
la calle del Pontón, casi en la Plaza Nueva, se halla la
CASA-PALACIO DE LOS OROZCO, declarada Monumento Histórico-Artístico.
Se trata de una mansión rural con un bello patio castellano,
que ostenta en su fachada, sobre un original balcón en entredos,
el escudo de sus primitivos dueños. Un poco más abajo
el CONVENTO HOSPITAL DE SAN JUAN DE DIOS muestra en su portada de
placas talladas a bisel un magnífico ejemplo de la arquitectura
barroca. En la actualidad Palacio de Justicia, fue construido a
finales del siglo XVII y principios del XVIII, conservando aún
el claustro y las galerías inferiores y superiores. Es Monumento
Nacional desde 1962.
LA
CASA DE PAJARES, situada en la Plaza Ramón y Cajal, esquina
al Pasaje del Comercio, fue construida a finales del siglo XVIII.
Posee un recogido patio de estilo castellano y dos helios halcones
en entredós, guardando en sus muros de piedra una curiosa
anécdota: de ella salió la junta revolucionaria, durante
la Revolución de 1868, para tomar el
LA
CASA DEL TORREON, en la calle de Yanguas Jiménez completa
el recorrido por el casco antiguo de Linares. Construida, posiblemente,
sobre un anterior edificio de la época musulmana, destaca
airoso su torreón castellano, el tercero de los que aún
se conservan en la ciudad, y luce en su fachada los escudos de sus
primitivos propietarios. En la actualidad es sede del Museo Arqueológico
de Linares, fundado en 1956 y declarado Monumento Histórico
Artístico Nacional. Este importante Museo dedica su actividad,
principalmente, a recoger las piezas procedentes de la antigua ciudad
ibero-romana-visigótica-árabe de Cástulo, albergando
una extensa colección de piezas de orfebrería y cerámica
ibéricas, kylikes áticos, y, sobre todo, del arte
bajo el imperio romano: máscaras de terracota, una cabeza
femenina en mármol, esculturas, capiteles, columnas y fragmentos
de relieves.
Linares
posee otros dos interesantes museos: el Museo Andrés Segovia,
dedicado al gran concertista de guitarra nacido en la ciudad, y
un Museo de Ciencias Naturales.
Fuera
del casco antiguo existen atractivos lugares -plazas, parques, calles-
para visitar y pasear. Entre las plazas la de SAN FRANCISCO, con
la iglesia de igual nombre. Construida a finales del siglo XVI y
ampliada durante el XVII y el XVIII, contiene en su interior un
bello retablo del barroco andaluz. Un lugar para visitar es la FUENTE
DEL PISAR: cuenta la leyenda que, allá por el siglo XVI,
al pasar por este lugar un caballero, el caballo en que iba montado
hundió su pie en la tierra quedando aprisionado; al librarle,
su dueño vio cómo surgía un abundante caño
de agua que desde entonces no ha dejado de manar. Esta historia-leyenda
de una fuente que surgió «al pisar» de un caballo,
tiene su explicación en la existencia de un acueducto que
se abastecía del agua de los veneros de Linarejos y la llevaba
hasta Cástulo, cuyos habitantes, bajo la dominación
romana, fueron los autores de esta construcción que aún
se conserva en parte.
Otro
lugar para visitar es el SANTUARIO DE LINAREJOS, donde se halla
la imagen de la patrona de la ciudad y cuya orfebrería está
realizada a forja por obreros linarenses. La aportación más
destacada de Linares en cuanto a arquitectura se refiere es la que
se realiza durante la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio
del XX, que ha dejado salpicada la ciudad de atractivas casas modernistas
adornadas en balcones y ventanas con bella rejería. Es de
destacar la creación de singulares edificaciones como el
HOSPITAL DE LOS MARQUESES DE LINARES, dentro de un estilo neogótico,
que posee en su interior el mausoleo de bronce y alabastro de los
Marqueses, obra de Coullaut Valera; o la estación de ferrocarril
del Paseo de Linarejos, de un airoso modernismo en ladrillo rojo;
el Mercado de abastos, etc...
A
5 Kms de Linares, por la carretera de Torreblascopedro, se encuentra
la antigua ciudad romana de CASTULO. Se trata de un asentamiento
de origen ibero, que alcanzó su máximo esplendor bajo
el imperio Romano. De esta época datan una serie de importantes
construcciones de diferente carácter: obras de infraestructura
para la conducción del agua; vías de comunicación
como la Vía Augusta, cuyo tramo Cástulo-Cartagena
se terminó en tiempos de Tiberio y el de Cástulo a
Córdoba en tiempos de Claudio; así mismo una inscripción
nos da notificación de que una sacerdotisa llamada Annua
mandó construir un Ninfeo dedicado a Roma y a Augusto en
Cástulo. Contemplar los restos (aún en gran parte
sin excavar) de Cástulo da idea de la importancia de esta
ciudad, cuyas piezas de orfebrería, cerámica, escultura,
etc... se ofrecen a la admiración en el Museo Arqueológico
de Linares.
El
puente romano del PIELAGO, sobre el río Guarrizas, en la
carretera de Arquillos, que formaba parte de la Vía Heraclea,
es otra interesante muestra de la importancia de la zona en época
romana.
A
cuatro kilómetros de Linares, por la carretera de Jabalquinto,
se alza el castillo renacentista de TOBARUELA. De planta cuadrada
con torres cilíndricas en las esquinas, responde a ese tipo
de castillo-residencia representativo de la fuerza que alcanzaron
en determinados momentos algunos señores de la zona. |